Muchos pensadores históricos se dieron cuenta de que usualmente vivimos en la superficie de la vida. Esos pensadores, a quienes llamamos “filósofos transformativos”, observaron que nuestra existencia cotidiana está aprisionada en patrones superficiales de pensamiento y emoción que involucran sólo una parte limitada de nuestro potencial. Ejemplos son Platón, los Estoicos, Rousseau, Emerson, Nietzsche, y muchos otros. Todos ellos sostuvieron, cada cual con sus propios conceptos y teorías, que la vida puede hacerse más profunda, más plena y más libre, generalmente con la ayuda de la filosofía.

Lo mismo que esos filósofos de la tradición, en Filosofía Profunda nos percatamos de que la vida de todos los días tiende a permanecer en el nivel de las estructuras psicológicas, que nos ayudan a funcionar, pero que son ciegas a la plenitud de la realidad humana. Nuestros ejercicios contemplativos nos muestran que hay dimensiones más ricas de nuestro ser profundo —lo que llamamos nuestra Profundidad Interior— que suelen permanecer inactivas, durmientes, y virtualmente ignoradas. Y cuando un aspecto de nuestro ser permanece inactivo, tiende a encogerse y disminuir. Nuestra vida es, en general, superficial en relación a lo que puede ser. A través de Filosofía Profunda, especialmente de su contemplación filosófica, buscamos despertar estas dimensiones ocultas y volverlas activas dentro de nosotros.

Practicando la contemplación filosófica, trabajamos para despertar nuestra Profundidad Interior; y a menudo lo conseguimos mientras dura la sesión. Esto también puede tener un efecto a largo plazo más allá de la sesión. Con el tiempo, nuestra Profundidad Interior puede gradualmente volverse más activa a lo largo del día, dándonos una sensación de plenitud e inspiración para acompañar nuestra actividad cotidiana.

Despertar nuestra Profundidad Interior, ya sea temporalmente o por un periodo más largo de tiempo, no significa abolir nuestra vida de la superficie, en otras palabras nuestras estructuras psicológicas y mecanismos. Obviamente, no podemos vivir y funcionar sin ellos. Pero la Profundidad Interior despierta puede servir como una fuente de inspiración y plenitud que puede orientar e incluso gobernar, hasta cierto punto, nuestros mecanismos psicológicos.

[Traducción del inglés por Jairo Sandoval]